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A pesar de las tensiones geopolíticas posteriores a la pandemia, en 2022 México produjo en 297.6 millones de toneladas de alimentos y para este 2023 prevé una tendencia al alza y apunta a un volumen de producción superior a las 301.3 millones de toneladas, un crecimiento de 1.2%.
Durante la presentación de las Perspectivas Agroalimentarias 2023 del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el titular la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula, destacó que, por cuarto año consecutivo, “en 2022 la producción agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola del país registró crecimiento sostenido”. El funcionario subrayó que el Gobierno de México tiene la firme convicción de que “la seguridad alimentaria es el camino más cierto para construir sociedades fuertes, que permitan erradicar el hambre, la pobreza y alcanzar la justicia social a partir de una alimentación adecuada para todos”. “Estas cifras señalan que el campo mexicano no solo no se detuvo, sino que ha garantizado, en tiempo y forma, la generación de alimentos para todas las familias, gracias al trabajo de los productores y productoras”, expuso Villalobos Arámbula.
En su intervención, la directora del SIAP, Patricia Ornelas, indicó que el documento Expectativas Agroalimentarias 2023 es el resultado del esfuerzo de miles de productores que hacen posible el seguimiento estadístico del sector primario. “Los números positivos del campo de México demuestran el compromiso de sumar a la seguridad alimentaria, al crecimiento del sector primario y del país”, dijo Ornelas. La responsable del SIAP apuntó que México es el tercer productor agropecuario en América Latina y subió un peldaño a nivel mundial, al pasar del décimo segundo al décimo primero como productor de alimentos. Subrayó que México se ha colocado en los primeros lugares como productor y exportador de alimentos, con 23 millones de hectáreas en su frontera agrícola y valor de producción de 1.4 billones de pesos (unos 77.836 millones de dólares) en 2022.
Precisó que el subsector agrícola representó el 91% del volumen generado, así como el 55.3% del valor económico total, mientras que el pecuario el 8.3% del volumen y el 41% del valor, en tanto que el pesquero significó el 0.7% del volumen y el 3.7% de valor económico.
La representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl, recordó que existen 60 millones de personas con hambre en América Latina y el Caribe y señaló que “es la región más cara del mundo para alimentarse de manera saludable”. “En México vemos dos caras: extensos territorios con sequía en el norte y lluvias en el sur-sureste y, en medio, un sector agroalimentario que mantiene un crecimiento en los últimos cuatro años, que no es casualidad y se debe a la importancia que este gobierno ha dado al tema de la seguridad alimentaria”, apuntó.
Revista Forbes / Mayo 2023
En México, el etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados de fabricación nacional o extranjera, es obligatorio de acuerdo a la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que es la encargada de establecer la información comercial y sanitaria que deben contener dichos productos. La norma fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 27 de marzo de 2020 y se puede descargar en esta liga electrónica https://www.dof.gob.mx/2020/SEECO/NOM_051.pdf
Desde entonces ¿Cómo ha funcionado esta medida?
Este etiquetado se integra por 5 sellos octagonales de advertencia que, de manera clara, sencilla y visible indican cuando un producto contiene exceso de nutrimentos e ingredientes críticos como: calorías, grasas saturadas, grasas trans, azúcar y sodio.También incluye 2 leyendas precautorias sobre contenido de cafeína y edulcorantes, no recomendables para consumo en niñas y niños, también prohíbe que los envases contengan personajes infantiles, dibujos animados y celebridades.
La doctora María Elena Sañudo, endocrinóloga, especialista en diabetes, metabolismo y directora médica de Sanofi, nos da su punto de vista. “De entrada todas las herramientas que nos ayuden a tomar decisiones en favor de la salud son positivas, en este caso el sistema de etiquetado frontal de alimentos y bebidas es una herramienta clave para la toma de decisiones saludables”. Cuando surgió la medida se plantearon algunos objetivos, primero tomar una decisión informada, saber que cuando uno está comprando, entre más número de sellos, mayores son los riesgos a nuestra salud, también la idea es que esta medida pudiera dar información muy rápida y fácil de entender por la población, además de que pudiera advertir algunos ingredientes críticos para la salud.
En el contexto de cómo se ha ido evaluando la herramienta, en la última Encuesta Nacional de Salud (Ensanut 2021), se hizo una estimación del etiquetado de alimentos empaquetados. Lo que se encontró es que el 89.4% de los adultos entrevistados por lo menos habían visto el sistema de advertencia, es decir, reconocían que existe este sistema de etiquetado; el 42.2% de los entrevistados identificó qué alimentos eran menos saludables con este sistema y pudo decidir qué tan saludable era su consumo; y el 60.5% de ellos indicó que el etiquetado ayuda a padres y madres de familia para elegir alimentos más saludables para los hijos. “Ya hay datos duros de una encuesta realizada de manera abierta a la población que nos muestran que el etiquetado es bien percibido por la población y que sí les está dando una idea de cómo elegir los alimentos”.
El etiquetado cuenta con cinco componentes, que básicamente dan información sobre si un alimento tiene exceso de calorías, sodio, grasas trans, grasas saturadas y exceso de azúcares, además existen dos pequeños recuadros que advierten a los niños de edulcorantes artificiales o cafeína y que su consumo podría traer repercusiones para este sector de la población específicamente. Sellos de advertencia y obesidad Sin embargo, al relacionar la medida con el tema de obesidad, la especialista explica que aunque se trató de hacer una asociación en la encuesta, el sistema de etiquetado frontal tuvo obstáculos, “con la llegada de la pandemia hubo un factor confusor para su evaluación, lo cierto es que la gente disminuyó su actividad física drásticamente, hubo mayor sedentarismo, mayor consumo de alimentos, combinados con temas de estrés, todo eso incrementó los casos de obesidad y sobrepeso en dos puntos porcentuales, por lo que hoy no se puede saber si en términos generales la medida tuvo impacto en el problema de obesidad”.
Como contexto, México ocupa el quinto lugar del padecimiento a nivel global de acuerdo con la Federación Mundial de Obesidad. “Cuando nosotros analizamos en la Ensanut 2021, la prevalencia de obesidad y sobrepeso en la población mayor de 20 años es del 72.4%, con un problema más grave en mujeres que en hombres. Para ellas es del 75%, es decir, 3 de cada 4 mujeres tienen sobrepeso (33%) u obesidad (41%); para ellos es de 69.6% la cifra total, con 37.8% de sobrepeso y 31.8 de obesidad. Por lo menos es un 10% de diferencia que nos expone más”. Esto incluso viene desde la población infantil “la prevalencia total de sobrepeso y obesidad es de 7.8%, cada vez vemos más niños menores de 5 años, esto es alto tratándose de una población pequeña, pero entre 5 y 11 años esto se eleva al 37.4%, este es un salto dramático. Luego, entre los 12 y 19 años, se encontró que el 42.9% de la población tiene sobrepeso u obesidad. En nuestro país estamos hablando de un problema grave que tiene repercusiones importantes para la salud”.
La doctora Sañudo explica que algo de lo que más llama la atención es que desafortunadamente la obesidad y el sobrepeso no están contemplados por la población como una enfermedad, pero sí lo es; el diagnóstico en el país es muy bajo, solo el 16.6% reconoce el diagnóstico, es decir, la mayoría de las personas no entienden que están pasando por una enfermedad “la desinformación es muy alta y la conciencia muy baja. Necesitamos trabajar para que las personas entiendan que se requiere de un tratamiento y cambio de hábitos”. El problema no ha sido reconocido y en las últimas dos décadas, se ha observado que la asociación de patologías con la enfermedad ha aumentado. Hipertensión, diabetes, enfermedad cardiovascular, son las principales causas de defunción en nuestro país con un fuerte componente de obesidad en todas ellas. Concluye que lo que tenemos que hacer es seguir con una campaña de concientización a la población en cuanto a reconocer a la obesidad como enfermedad, seguir midiendo hasta qué punto tenemos este problema y otro es promover hábitos saludables, como ejercicio y dentro de ello, saber que el etiquetado nos puede ayudar a tomar decisiones más informadas.
El Economista / Marzo 2023
En México, un millón 70 mil mujeres trabajan en el sector primario y con su esfuerzo diario contribuyen decididamente a la producción y abasto de alimentos y abonan a la seguridad alimentaria del país y del mundo, ya que muchos de los productos que cultivan se exportan a diversas naciones, destacó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader). La dependencia federal informó que el 86.2% de las mujeres que se desempeñan en el sector primario lo hace en la agricultura, 11.1% se dedica a la ganadería, 1.1% se desarrolla en la pesca y acuacultura y 1.6% en otras actividades relacionadas.
Por entidades federativas, detalló, el mayor porcentaje de mujeres en actividades primarias se ubican en Oaxaca y Puebla. Destacan también Chiapas, Veracruz, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Sonora y Estado de México. La dependencia federal resaltó que en México 992 mil mujeres trabajan en el sector primario, de las cuales, 83.9% lo hace en la agricultura, 13.3% en ganadería, 1.1% en pesca y 1.7% en otras actividades.
El 96.7% de las mujeres rurales trabaja y realizan otra actividad, como los quehaceres domésticos, cuidado de otras personas, acarreo de leña y agua, trabajo comunitario, asistencia a la escuela o mantenimiento del hogar, entre otras. Las mujeres realizan un importante papel en la producción de alimentos agrícolas, ganaderos, pesqueros, acuícolas o agroindustriales.
Con información de diferentes medios / Mayo 2023
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México literalmente "se ahoga en basura" al duplicarse en los últimos 25 años la cantidad de residuos, que pasaron de 21,9 millones de toneladas al año en 1992 a 44,6 millones en 2017, sin contar las cifras del último lustro que aún no son actualizadas oficialmente. El Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos, publicado por el ministerio del Medio Ambiente, pone en blanco sobre negro la verdadera dimensión del tema de los desechos en una nación que no es capaz de gestionarlos adecuadamente en función del cuidado del medio ambiente.
"Nos estamos ahogando en basura. No estamos acostumbrados a manejar nuestros residuos, a separarlos", afirmó Nancy Jiménez, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cada día se recuperan 277 toneladas de desechos, de los cuales 86 son de "pet" (plástico para botellas) y 64 de papel y cartón, pero la cifra es ridículamente baja con relación al total de basura que se genera en el país. Un ejército de unas 3.000 personas se dedica todos los días a separar unas 86.000 toneladas de residuos sólidos urbanos, pero "una cantidad importante queda dispersa en el ambiente, no se recoge y es probable que vaya a parar al mar, a las islas de basura", teorizó Jiménez.
Al menos 47,8% de los sitios de disposición final no cuentan con infraestructura básica para la protección del ambiente y menos de una quinta parte,18,9% tiene control de los residuos que ingresan, de acuerdo con las estadísticas oficiales. La capacidad de reciclaje es muy limitada, lo que contribuye a la llamada "crisis de hiperbasura", como lo llama Jiménez, quien atribuye este fenómeno a "los ritmos de extracción de recursos naturales, alentados por modelos tecnológicos de producción de mercancías". Además, otros factores que contribuyen a este fenómeno son "los patrones demográficos y de poblamiento y la voracidad en el consumo", afirmó.
Cada día se generan 120.128 toneladas de residuos, poco más de 5.000 toneladas por hora, una cantidad definida por los especialistas como "incontrolable" que contribuye a crear "montañas de basura" en los vertederos, formales e irregulares, en zonas inclusive boscosas o páramos desolados y contaminan ríos, mares y lagunas. La jefa de gobierno de la capital Claudia Sheinbaum, la más adelantada en la carrera por la sucesión del presidente Andrés Manuel López Obrador, propuso hace tiempo el programa "basura cero" que a juicio de los especialistas ha resultado un fracaso.
El especialista Carlos Alvarez afirmó que la razón de que la zona metropolitana más importante del país, asiento de unos 21 millones de habitantes, no haya podido tener éxito en la gestión de los residuos es que los vehículos de colecta son obsoletos y están casi inservibles, además de no contar con separador de basura orgánica e inorgánica. El experto estima que el manejo de la basura es un problema de educación, pero el plan de la intendente no estuvo acompañado de una campaña de radio, televisión e Internet para "reciclar o separar". "Pese a que la economía circular tiene 50 años, nosotros no llegamos a eso, mientras los recursos naturales se están acabado", afirmó el experto en la gestión de residuos.
"Es una verguenza que una ciudad con más de 300.000 millones de pesos anuales de presupuesto (unos 15.000 millones de dólares) esté en los peores lugares de gestión de basura", afirmó. Esto ha hecho que México en general esté retrasado 40 años en la gestión de residuos respecto a Europa. En la capital se generan alrededor de 12.000 toneladas de residuos al día entre semana y los fines de semana llega a 15.000, lo que representa al menos el 10% del total en el país, según las estadísticas gubernamentales.
Agencia de Noticias / Septiembre 2022
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