Día mundial del agua 2025

    En el marco del Día Mundial del Agua 2025, el próximo 22 de marzo, analizamos el avance de la sequía en México; anomalía climatológica transitoria en la que la disponibilidad de este vital se sitúa por debajo de lo habitual de un área geográfica. Cabe destacar que hasta el 14 de marzo de 2025, el 41% del territorio mexicano experimenta condiciones de sequía, según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Estas condiciones extraordinarias se ven impulsadas por la ausencia de lluvias en este periodo. Según la CONAGUA, a lo largo de la segunda quincena de febrero de 2025, las lluvias por arriba del promedio se registraron sobre regiones puntuales del centro-oriente, sur y sureste del país. En contraste, lluvias por debajo del promedio se observaron en el noroeste, norte y occidente de México. Por lo que la sequía extrema a excepcional se incrementó en Sonora, Chihuahua, Sinaloa y Durango. Mientras que, la sequía de moderada a severa aumentó sobre Baja California. Al 28 de febrero de 2025, el 41.0% de la superficie del territorio nacional cuenta con sequía de moderada a excepcional.

    La mayor presencia de sequía en 2025 se sitúa al noroeste del territorio nacional, afectando principalmente los estados de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora. En total suman 290 municipios en sequía. Por porcentaje de territorio, estos son los estados con mayor sequía en México en lo que va del año:

    1. Baja California: 100% de su territorio en sequía

    2. Chihuahua: 100%

    3. Sinaloa: 100%

    4. Sonora: 100%

    5. Durango: 87%

    6. Coahuila: 60%

    7. Querétaro: 50%

    Este panorama es indicativo de que México aún enfrenta diversos retos críticos en relación con la sequía y abasto del vital. Este escenario se ha intensificado en los últimos años debido al cambio climático, la sobreexplotación de recursos hídricos y la falta de infraestructura adecuada para el manejo del agua. Los principales desafíos incluyen:

    1. Escasez de agua en ciudades y zonas rurales: Bajos niveles en presas y acuíferos afectan el abastecimiento en comunidades urbanas y rurales.

    2. Sobreexplotación de acuíferos: La extracción descontrolada está agotando reservas subterráneas y provocando hundimientos del suelo.

    3. Impacto en la agricultura y ganadería: Pérdida de cosechas y muerte de ganado debido a la falta de agua y forraje.

    4. Conflictos por el agua: Disputas entre estados, sectores económicos y comunidades por la distribución desigual del recurso.

    5. Falta de infraestructura y mala gestión: Grandes pérdidas de agua por fugas, poca captación de lluvia y deficiente regulación del uso del agua.

    Los crecientes requerimientos de agua potable y saneamiento en México continuarán debido a que a la población actual de alrededor de 135 millones de habitantes se sumarán otros tres millones en términos netos hacia el 2030. Se sabe que por la distribución, concentración y dinámica de la demografía nacional, hoy se tienen identificadas las zonas dónde habrá mayores presiones hídricas en los años venideros y cuáles debieran ser las prioridades de política pública para hacer cumplible el derecho constitucional vigente al acceso, disposición y saneamiento de agua. Estas acciones contribuirán al cumplimiento de los derechos relacionados con la salud, la salubridad general y un medio ambiente sano, establecidos todos en el artículo cuarto constitucional y comprometidos en los correspondientes Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas.

    Se conocen también la estructura y las oscilaciones de la economía nacional, sus propensiones recesivas, su debilidad en la formación bruta de capital fijo, su especialización productiva e inserción exportadora y financiera en los mercados globales, su perfil energético y su ambientalmente inconveniente inversión pública durante los años más recientes. Es decir, se sabe dónde han estado sus requerimientos sectoriales y regionales de agua para la generación del valor bruto de la producción anual; por ende, cuáles son las actividades agrícolas, pecuarias, mineras, agroindustriales, manufactureras, eléctricas, comerciales, exportadoras y turísticas que seguirán demandando mayores volúmenes hídricos de diferente calidad y descargando aguas residuales con distinta composición y peligrosidad, así como exigencias de colecta, conducción, manejo, tratamiento, reutilización circular y desalojo final. Convendrá insistir en la liberación de caudales que hoy son consumidos, no siempre de forma eficiente, por actividades agrícolas en los 86 distritos de riego y las 51 mil unidades de riego que suman poco más de 6.5 millones de hectáreas y representan el 76 % del consumo nacional de agua.

    Habrá que promover la innovación tecnológica y la reconfiguración institucional de las concesiones hídricas en los usos industriales y termoeléctricos del agua que, en conjunto suman otro 9 % del consumo nacional de los volúmenes concesionados en el país y, en particular, los usos industriales del agua son los que han exhibido durante lo que va de este siglo XXI un significativamente mayor crecimiento en sus consumos.

      

    Con información de Líder Empresarial y Revista UNAM / Marzo 2025.