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Lunes, 29 Abril 2024 18:07

En Contexto 3/24

 

 
     
El gran desperdicio de alimentos
 
Número 3/246

Cada semana se desecha en México tanta carne de res y vegetales comestibles como el volumen de 1,177 construcciones similares al Estadio Azteca. La suma anual de alimentos desperdiciados rebasa los 22.7 millones de toneladas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y de la Encuesta sobre Residuos Alimenticios y Materia Orgánica (ERAMO), elaborada con la participación de veinte universidades.

 

 

 

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Antecedentes

El Instituto Politécnico Nacional, institución que coordina la Red Latinoamericana de Expertos contra la Pérdida y Desperdicio de Alimentos, ha referido que se desperdicia el 32.8% de toda la producción nacional de alimentos. La mayor parte del desperdicio y pérdida de alimentos ocurre en las fases previas a la comercialización, incluso previo al transporte.

Se estima que el 70% de los alimentos se desperdician en el campo y no se llegan a cosechar o a vender por problemas de precio o características de forma o color que exige el mercado. En México, 34% de los alimentos que se producen no llegan hasta el consumo final por diferentes razones: poca tecnología en el campo, falta de intención de compra justa, caminos intransitables o transportes inadecuados.

Resulta importante explicar a la población que cuando se desperdician alimentos no sólo se trata una noticia negativa para los esfuerzos que buscan acabar con el hambre, también son malas noticias porque al desperdiciarse comida se desperdicia agua, tierra fértil, horas de trabajo y en la descomposición de esos alimentos que no fueron consumidos también hay numerosas emisiones de efecto invernadero.

Se calcula que debido al volumen de desperdicio anual de alimentos en México se emiten a la atmósfera gases de efectos invernadero equivalentes a los que liberarían 14 millones de vehículos convencionales. Además, los mismos datos de desperdicio implicarían que, como consecuencia del volumen de pérdidas de cárnicos, lácteos y vegetales, México estaría desperdiciando cada año 39 billones 860 mil millones de litros de agua que intervinieron en la producción de aquello que contaba con buenas condiciones nutrimentales pero no se consumió.

 

*Con información de diferentes medios.

 

 
Publicado en Publicaciones

Con el fin de aprovechar el agua residual que surge en las grandes urbes, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrolló un procedimiento tecnológico innovador con hidrato de gas, mismo que ayudará a limpiar el líquido de contaminantes y potabilizarlo, todo, sin generar daños ambientales. Así lo informó el investigador de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE), Luis Alejandro Galicia Luna, quien afirmó que este desarrollo científico realizado en el Laboratorio de Termodinámica Aplicada a Procesos, se trata del estudio de los diagramas de fases de mezclas que contienen el agua, gas y contaminantes en la formación de hidratos.

“El procedimiento contempla agregar gas al agua y exponerla a temperaturas de formación del hidrato para separar los contaminantes. La principal ventaja de este proceso es que no genera ninguna reacción química como subproducto, lo que lo hace amigable con el medio ambiente”, detalló el académico del IPN, quien pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel 3.

 

Las pruebas fueron exitosas

En el laboratorio se han realizado pruebas experimentales a muestras vivas de aguas residuales contaminadas con fenoles, colorantes y otros desechos industriales. Durante la primera fase, se sometieron a ciertos tratamientos para quitarle los sólidos suspendidos y dejar únicamente el líquido contaminado. “Posteriormente, se aplica la técnica del hidrato de gas, que limpia el agua sin generar ninguna reacción”, indicó el investigador. Galicia Luna apuntó que la celda de medición de hidratos de gas trabaja bajo condiciones muy específicas de hasta -20°C en temperatura y presión de hasta 400 atmosferas.

“Con este equipo (celda de medición) se hace el seguimiento de las variables sometidas a diferentes condiciones; la lectura de esta información se registra en la computadora cada tres segundos”, subrayó. El proyecto formará nuevos alumnos de posgrado Las pruebas experimentales, explicó, inician al someter el líquido a una presión de 20 atmósferas en temperatura ambiente y paulatinamente se inicia el enfriamiento hasta el punto de formar el hidrato (gas); una vez estabilizado se solidifica y con el aumento de temperatura regresa al estado líquido y nuevamente al gaseoso (en este proceso el agua se libera de contaminantes).

Galicia Luna aseguró que este proyecto permitirá la formación de alumnos de posgrado en termodinámica, los cuales han colaborado tanto en la investigación como en el diseño de las celdas de medición de hidratos. El procedimiento tecnológico se encuentra en etapa experimental con miras a extrapolarlo a procesos industriales, a fin de atender la imperante necesidad de remediar y potabilizar las aguas residuales. 

  

Instituto Politécnico Nacional / Marzo 2021

Publicado en Noticia Portada