En riesgo 70% de los cultivos sembrados en Guerrero

El 70% de los cultivos sembrados en Guerrero se encuentran en riesgo de perderse ya que, hasta el 30 de septiembre pasado, antes del impacto del huracán Otis, de las 759,492.43 hectáreas sembradas para el año, 29.1% del total (221,069.79) habían sido cosechadas. Casi la totalidad del 70% de los cultivos pendiente de cosecha se ubican en los 47 municipios guerrerenses que habían sido declarados, en un inicio, como en emergencia.

Del total de hectáreas sembradas

más de la mitad (67.37%) corresponde a parcelas de maíz grano, con un total de 511,732.53, de las cuales sólo el 6.76% (34,601.71) habían sido cosechadas, al cierre del mes de septiembre. El segundo producto más sembrado en el estado, hasta el tercer trimestre del año, fue el coco que contó con 86,424.20 hectáreas, de las cuales el 96.96% (83,799.50) habían sido cosechadas. Detrás estuvo el café cereza con 45,564.47 hectáreas sembradas y 39,846.24 (87.45%) cosechadas, y las parcelas sembradas de mango en la entidad, eran de 27,490.80 hectáreas, de las cuales 26,504.48 (96.41%) habían sido cosechadas.

Acapulco y Coyuca de Benítez, las zonas tal vez más afectadas por el fenómeno natural contaban, hasta septiembre pasado, con 64,468.29 hectáreas sembradas y 27,980 (43%) cosechadas. De este total, Coyuca de Benítez contaba con 32,862.04 hectáreas sembradas y 17,660 cosechas; mientras que en el caso de Acapulco eran 31,606.25 y 10,320 hectáreas respectivamente.

   

Afectaciones a cultivos

Expertos dijeron que el aumento de la humedad tras el paso de Otis pudo generar pérdidas importantes que aún deben cuantificarse.

El agricultor Víctor Valderrain comentó que la situación de los cultivos de maíz, en Guerrero, podría haberse visto afectados por los fuertes vientos que provocó el huracán y la humedad excesiva, lo que resultaría en la pudrición de las plantas y la caída de las mazorcas. En cuanto a la posibilidad de que sobrevivieran algunas parcelas que estuvieran en un punto de maduración para ser cosechadas, el agricultor señaló que era complicado debido al peso y la altura del maíz, aunque destacó que el producto destinado al forraje podría contar con una oportunidad de recuperación, si se toman las medidas adecuadas. En cuanto al apoyo gubernamental y los seguros, Víctor mencionó que los agricultores a menudo dependen de la asistencia del gobierno para recuperar pérdidas, pero lamentablemente, en su experiencia, este apoyo ha disminuido. Destacó, también, la importancia de que los agricultores reciban ayuda en forma de tecnología y seguros para hacer frente a desastres naturales y garantizar la seguridad alimentaria en el país.

María del Carmen Carmona, investigadora de la UNAM, resaltó que cultivos importantes de la zona como el mango y los cocos, los cuales son importantes para la economía y dependencia de la población local, sufrieron graves daños por el huracán y detalló que la recuperación de estos cultivos podría tomar años. "En el caso de las frutas, la situación va a ser todavía más fuerte... (Guerrero) es un importante productor de mango, sobre todo el caso de Coyuca de Benítez, quedó devastado. Entonces, aquí tardarán cinco años las plantas para poder recuperarse”, planteó la experta en derecho ambiental.

Subrayó la importancia de que se aumente la cooperación con instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, con el fin de apoyar la recuperación de la agricultura de la región y destacó que es importante la transferencia de tecnología para acelerar la recuperación. En cuanto al impacto a nivel nacional, Carmona mencionó que en el caso del maíz no significa un problema, pues Guerrero tiene una productividad baja y la región en donde está no es un centro de producción en la República para dicho cultivo.

Sin embargo, destacó la necesidad de que las autoridades centren sus esfuerzos en recuperar la agricultura local y la producción de alimentos para el autoconsumo. Carmona concluyó que es necesario que se mejoren las vías de comunicación para que los productos agrícolas que pudieron sobrevivir al fenómeno natural, puedan comercializarse adecuadamente.

  

En San Lázaro Buscan conformar un fondo por hasta 80,400 mdp

La presidenta de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra Castillo, urgió a las y los legisladores a formar un fondo para la reconstrucción de Acapulco con excedentes petroleros. La también diputada priista explicó que con esta propuesta se busca que, a través de un artículo transitorio en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, no haya recortes a ningún programa del gobierno ni tocar los proyectos estratégicos del actual gobierno como podría ser el Tren Maya.

Sobre el tema, Guerra Castillo explicó que en la Ley de Ingresos 2024 se fijó un precio estimado por cada barril de petróleo de exportación en 56.7 dólares; sin embargo, el precio actual de este energético está en 76.10 por barril, por lo que en este artículo transitorio se establecería que, de esa diferencia, los primeros 6 dólares se destinen al Fondo para recuperar a Acapulco y los municipios afectados por el huracán Otis. Y aunque señaló que tocará al Pleno de la Cámara de Diputados determinar la creación de este Fondo para la reconstrucción de Acapulco, convocó a los grupos parlamentarios a privilegiar el consenso para llegar al acuerdo y aprobar este Fondo de Reconstrucción, porque Acapulco requiere del esfuerzo, participación y solidaridad de todos, como lo solicitó públicamente el Cabildo de ese municipio al pedir la integración de un fondo presupuestal de emergencia.

“Si consideramos que por cada dólar que el precio del petróleo sea superior al precio fijado en la Ley de Ingresos, los excedentes sumarían 13,400 millones de pesos, con los primeros 6 dólares se podría conformar una bolsa de hasta 80,400 millones de pesos para la emergencia que enfrenta el puerto de Acapulco”, detalló. Finalmente, la diputada expresó que en este momento se necesita la organización política gubernamental y social, ya que en Acapulco y los otros municipios de la Costa Grande, Costa Chica y Sierra de Guerrero, la gente no se siente acompañada; por ello, además de crear un fondo de reconstrucción tiene que iniciar un programa urgente de trabajo temporal. (Con información de Maritza Pérez).

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El Economista / Noviembre 2023