En Contexto 3/21

     

     
         
    Glifosato y sus riesgos asociados
     
    Número 3/216

    El pasado 1 de enero de 2021 entró en vigor un decreto del gobierno mexicano en donde se plantea la sustitución gradual del herbicida Glifosato en México, hasta dejar de usarlo por completo el 31 de enero de 2024.

    Algunos apoyan esta medida porque le imputan riesgos medioambientales y para la salud de las personas, incluyendo el cáncer. Otros han expresado reservas porque la medida podría conducir a escenarios peligrosos de desabasto alimenticio o a un incremento significativo de los precios.

     

     

     

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    Antecedentes

    Este herbicida se usa para deshacerse de las malezas que crecen junto a los cultivos y que compiten contra los alimentos por recursos como agua, rayos de sol y nutrientes. El Glifosato es el herbicida más usado en el mundo y en México es utilizado por el 73% de los agricultores para controlar más de cien tipos de malezas que afectan a más de 30 cultivos como el maíz, sorgo, frijol, hortalizas, cítricos, café y caña de azúcar.

    El uso de este herbicida incrementa el rendimiento del cultivo entre 20% y 30% al aplicarlo antes de la siembra, durante la preparación del terreno. El Glifosato es importante para los agricultores del sureste mexicano, ya que el clima tropical y la alta fertilidad de los suelos de la región facilitan la rápida aparición y crecimiento de malezas en los campos de cultivo. Por ello, el 50% del glifosato que se usa en México es aplicado por pequeños y medianos agricultores del sureste.

    El gobierno argumenta que diversas investigaciones científicas alertan que el Glifosato tiene un impacto negativo en el medioambiente, efectos nocivos en la salud, tanto de los seres humanos como de algunas especies animales incluyendo polinizadores, y que llegó a ser identificado como probable carcinogénico en humanos por la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

    Por otro lado, hay quienes defienden que el glifosato no es dañino para la salud. Las autoridades de protección ambiental, de salud y seguridad alimentaria de Estados Unidos, Europa, Alemania, Australia, Corea, Canadá, Nueva Zelanda y Japón han publicado múltiples estudios con los que clasifican al Glifosato como no dañino para la salud, y en las revisiones anuales de muchos organismos de salud reafirman su inocuidad para el humano y los demás animales.

    El SENASICA en voz de su titular ha comentado que el Glifosato no se inventó, que es algo que descubrimos en la naturaleza y que tiene muchas ventajas: es muy barato, muy efectivo y es tan seguro para la salud que tiene clasificación verde en México, de muy baja toxicidad. Las preocupaciones surgen si es que los agricultores dejan de tener acceso al Glifosato, entonces utilicen otros herbicidas baratos como el Paraquat que es muy tóxico, (clasificación roja), además del impacto que puede sufir la producción de alimentos para los mexicanos.

    Al ser utilizado por el 73% de los productores en México, el Consejo Nacional Agropecuario argumenta que dejar de utilizar el Glifosato podría generar una pérdida de entre 20 y 40% de la productividad en México, dependiendo de cada cultivo, lo que afectaría de forma directa a 7 millones de agricultores, más otros 24 millones de personas que dependen de diversas formas de la agricultura. Dejar a los agricultores sin Glifosato podría atentar contra la meta planteada por el presidente de alcanzar la autosuficiencia alimentaria.

    Es entendible las preocupaciones por el uso del Glifosato pues, aunque muchos estudios señalan que es seguro, hay autoridades que exponen sus preocupaciones por posibles efectos nocivos en la salud y el medio ambiente. Existe la preocupación por una muy amplia dependencia a una única substancia, por ello es importante acelerar la búsqueda de sustitutos competitivos a este herbicida, los cuales aún no existen en México.

     

    *Con información de diferentes medios.