Estados Unidos comenzó hace más de un año el análisis sobre el Acuerdo que eliminó los aranceles desde hace más de 20 años, después de que un grupo de productores de tomate de Florida acusara a los mexicanos de competencia desleal. Desde entonces, la amenaza sobre la reinstalación de las cuotas a las exportaciones mexicanas de este producto permanece en el ambiente.
La eliminación del "Acuerdo de Suspensión" implicará que el Departamento de Comercio reactiva la investigación antidumping suspendida desde 1996, y su determinación final la deberá emitir a más tardar el 19 de septiembre de 2019. En el Acuerdo, la industria mexicana tomatera estaba exenta del pago de aranceles para introducir su producto en el mercado norteamericano. Esta nueva medida es la imposición de una cuota compensatoria del 17.5% que los exportadores mexicanos de tomate deberán cubrir.
En términos políticos, constituye una pequeña victoria para los productores de Florida, que llevan años denunciando supuestas prácticas de dumping por parte de los agricultores mexicanos. Se trata de una estrategia de carácter político que se genera por las presiones que hacen los productores del estado de la Florida en ese país, mismos que apoyaron al presidente Donald Trump en las pasadas elecciones, por lo cual el mandatario está tratando de cumplir con las demandas que hacen en un estado crucial para la reelección en ese país.
Ambos países se encuentran buscando la ratificación del renovado tratado de libre comercio con Canadá, ahora conocido como T-MEC, en los Congresos de los tres países. Aunque la presión de los productores estadounidenses para que se impongan más cuotas para los productos agrícolas del extranjero, esto no se ha incluido oficialmente en el acuerdo. Sin embargo, desde el año pasado, la política proteccionista del presidente Trump impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio de México.
México ha estimado que el cambio en el comercio de tomate con Estados Unidos podría afectar a unos 400.000 trabajadores agrícolas y hasta un millón de mexicanos más que trabajan en la cadena productiva. La mayoría se concentran en 17 de los 32 Estados mexicanos, principalmente en Baja California y Sinaloa. Esta disputa arancelaria podría elevar los precios del tomate entre un 38% y un 70%, en un escenario donde uno de cada dos tomates que se consumen en territorio estadounidense son de origen mexicano. México es uno de los 10 países con mayor volumen de producción de este vegetal, y dada su relevancia en la economía, el Consejo Nacional Agropecuario de México presentó un amparo ante un juez en Nueva York para dejar de pagar este arancel.
El próximo lunes 26 de agosto vence un plazo clave que puede derivar en aranceles permanentes de Estados Unidos a las importaciones de tomate mexicano, con costos que podrían afectar a los consumidores estadounidenses cuando llegue el frío a fin de año.
*Con información de diferentes medios.