Por lo general, los incendios en áreas tropicales de México (en el sureste) se relacionan con el fenómeno de El Niño, mientras que para el norte se vincula con La Niña. El primero representa mayor riesgo, sobre todo en los bosques tropicales del sureste. Entre los efectos negativos están la pérdida de vegetación, biodiversidad y de los servicios ecosistémicos; la muerte de animales silvestres; erosión del suelo; fallecimiento de personas y lesiones, en particular de brigadistas; daños a la salud de la población por el humo provocado por el fuego fuera de control. Asimismo, afectaciones al tráfico vehicular y aéreo por humo; muerte de ganado y pérdidas materiales, daños en cosechas e infraestructura, además de su contribución al cambio climático, ya que estos fenómenos generan 15% de las emisiones que alteran la composición de la atmósfera mundial.
La Conafor, encargada de proteger los bosques de México, tuvo un recorte de 8.6% anual en su presupuesto en 2021, hasta alcanzar los 2,762 millones de pesos. En el primer año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la Conafor ya había tenido una reducción de 1,229 millones de pesos. Además, alineado a su política de austeridad, el presidente eliminó el año pasado el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), una bolsa de emergencia a la que los gobiernos locales podían acceder para resarcir daños.
La Conafor detalló que las entidades con mayor número de incendios en lo que va del año han sido el Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Michoacán, Morelos, Chiapas, Veracruz, Chihuahua y Oaxaca, que representan el 87% del total nacional.
*Con información de diferentes medios.